Sifu Alexis De Jesus

Sifu Alexis De Jesus

Sifu Alexis De Jesus

Mi involucramiento en la escuela de Kung Fu Culebra Blanca provino del interés de que mis hijos recibiesen entrenamientos que envolvieran la actividad física combinada con un ambiente disciplinado, de la cual me enteré por medio de una presentación que realizó la escuela en el programa dominical el "Gordo de la Semana", en el año 1986. En esta presentación el Sigun Joaquín de Moya y el Sifu Wilson ofrecieron informaciones sobre el entrenamiento, objetivos de la escuela, facilidades y otros detalles importantes. El lugar de práctica en la Torre del Sector Honduras, nos resultaba muy conveniente por estar a unas pocas cuadras de nuestra residencia; también el horario de práctica era favorable sábados y domingos, por razón de que eran niños pequeños y había que llevarlos.

Así inicie relaciones de amistad personal con los directivos de la escuela, al mismo tiempo con otros padres que tenían hijos en la escuela. La participación personal en los entrenamientos se produjo gracias a que el Sigun Joaquín de Moya me estimuló a hacerlo, fundado en la noción de que cualquier persona era apto para entrenarse en Kung Fu, siempre y cuando se adoptaran métodos de entrenamiento que no implicaran forzar el cuerpo a movimientos y acciones por encima de la capacidad existente de modo que la misma práctica la fuese ampliando.

Mientras que el profesor Joaquín de Moya me alentó y dio confianza para iniciarme, el trabajo de entrenamiento recayó en la persona del Sifu Wilson Gomez director de los entrenamientos con la asistencia del Sifu Freddy Aquino además. Durante los primeros años de entrenamiento el problema mayor se centraba en que disponía de una baja resistencia y necesitaba hacer muchas pausas para tomar descansos.

De no haber sido por el ambiente de cooperación entre los practicantes y la motivación facilitada por la paciencia y dedicación de los maestros mi sola disposición personal no hubiera sido suficiente para permanecer dentro de la práctica hasta alcanzar un relativo grado de acumulación de resistencia que la fuese convirtiendo en una rutina tolerable primero y posteriormente rutinaria.

Son muchos los aspectos que intervienen para incorporarse a una disciplina que involucra actividad física corporal que demanda un alto gasto de energía en la ejecución de los movimientos del cuerpo. Una cosa es tener la noción de que ejercitar el cuerpo es favorable al bienestar, y otra muy diferente cuando este ejercicio se experimenta como un malestar, por lo cual es importante encontrar el camino o manera de hacerlo para que de penoso se convierta en gratificante.

Este camino, es lo que en el idioma chino se denomina tao, que consiste en lograr un equilibrio o balance entre dos extremos o polos de una misma cosa. Contiene aspectos teóricos y prácticos que se funden y conforman el camino. Se expresan a través del movimiento y de la quietud, integrándose de manera que la quietud se manifieste dentro del movimiento, y el movimiento dentro de la quietud.

Debido a que el tao es el camino de la naturaleza, los ejercicios se fundamentan en imitar el movimiento de los animales que se rigen principalmente por apegarse a las leyes de la naturaleza en el manejo de la energía para lograr el máximo de eficiencia, que consiste en lograr el máximo efecto posible con el menor gasto de energía o movimiento.

En nuestra escuela se toma como modelo los movimientos de la serpiente de conformidad con los conocimientos trasmitidos de maestro a alumnos en una larga cadena que se remonta en el tiempo hasta un remoto pasado y que ha sido trasmitido y depurado por muchas generaciones de practicante hasta convertirse en un sistema completo que facilita que cada nuevo practicante no comience de cero sino que se apoye en este largo legado, y que a su vez entraña el compromiso de que el legado se sostenga. La trasmisión de este legado se garantiza cuando los maestros además de tener la disposición de hacerlo encuentran alumnos continuadores que reúnen los requisitos para ser portadores.

Una parte importante de la experiencia obtenida durante la participación en la escuela ha provenido de las enseñanzas teóricas de los fundamentos de la práctica suministrada por el Sigun Joaquín de Moya y el Sifu Wilson Gómez, y además por la asidua y atenta lectura del libro "El camino de la Culebra Blanca", del Sijo Lorenzo Osborne; libro este en que de manera muy condensada se presentan los fundamentos y conceptos principales a que se ajusta la escuela.

Para sostenerse en la escuela, en la participación de la práctica entra en juego el aprender a administrar la energía, lo cual es la esencia del proceso, que tiene que acoplarse a los estados de ánimos y a la capacidad de cada persona, de manera que el balances se sostenga. Por otra parte entraña poner atención en los elementos que favorecen o entorpecen la salud y conservación del cuerpo, considerando que por efecto del desgaste natural que implica la edad y el mismo desempeño físico no se debe ir contra el cuerpo sino con el cuerpo. Esta es una tarea de cuya comprensión depende mucho que se sostenga o se abandone la práctica, exige completa humildad, control propio y conocimiento de sí mismo.