Aún recuerdo la primera vez que me hablaron de kung fu, estaba en el colegio y mi amigo Jorge Miguel Ross Terrero me pregunta julio por que no te apuntas en el kung fu conmigo y con Emil Tabare Minaya Espinal, yo me reí y con un tono sarcástico dije, si el maestro me para una bala con la mano te juro que me apunto y nunca me voy de la escuela, fue gracioso y admito que no fue necesario que pasara eso para que me quedara.
Un día él me dijo que fuera a ver cómo era el kung fu y después de salir del gimnasio fui a ver, en ese entonces solo habían niños y algunas otras mujeres, dé esas personas ya casi no queda nadie.
El Sifu Freddy Aquino me dijo en ese momento que podía practicar si quería y que después me inscribía, yo no quería, pero mis amigos me obligaron, después de una gran práctica y algunos golpes vi que todo el tiempo en el gimnasio me habían dado muchos músculos pero en una pelea, sin estar preparado previamente, estos no me servirían de mucho.
Dos días después tuve que ir de viaje a Estados Unidos, pero antes de irme le dije a mis amigos, espérenme que cuando regrese me apunto.
Un 11 de Septiembre estaba viajando de nuevo hacía RD y el DIA 13 de Septiembre me inscribí; desde entonces nunca lo he dejado, y cuando duro una semana sin practicar debido a la universidad y demás compromisos me siento terrible; tanto se adentró el kung fu en mi vida que ahora un día que no practique me hace falta.
Mucha resistencia, obtuve un cuerpo mucho más rápido y fuerte, hice muchos amigos, obtuve disciplina, tuve la oportunidad de obtener una nueva familia pero más importante que todo demostré que con dedicación todo es posible; ahora veo las caras de las personas que dijeron que yo no duraría ni un mes practicando kung fu, por mi tamaño y mi peso, y cuando ven lo mucho que he avanzado se dan cuenta de que nada es imposible.
Si me piden que resuma todo lo que gane en una palabra diría que es imposible ya que he obtenido muchas cosas, pero la palabra que más se acercaría a describir todo esas cosas es un nuevo estilo de vida.
Todo en el mundo es un balance y no puedes obtener nada bueno sin sacrificar otras cosas, eso pensaba yo, con el kung fu, perdí mucho peso, perdí el miedo, borre la palabra no puedo de mi vocabulario, el tiempo que sacrifique no fue tiempo perdido sino tiempo que invertí correctamente. Alrededor de 4 años me preguntaba como estaría yo dentro de algunos años; ahora veo…
“Que sí valió la pena y me hago nuevamente la pregunta…
¿Dónde estaré yo dentro de 4 años más?”