Sigun Joaquin De Moya

Sigun Joaquin De Moya

Sigun Joaquin De Moya

Nació en 1947, en Santiago de los Caballeros. En el año 1966, cursando el cuarto año de los estudios secundarios, en el Liceo nocturno Salvador Cucurulo, conocí al condiscípulo Ramón L. Blanco Q., quien me dijo que había practicado y aprendido Karate, con un Japonés de los que habían emigrado a la R. D. y que dicho japonés vivía cerca de una casa que tenía el papa de Ramón en los Pontones, en las montañas de Jarabacoa, me intereso esto y le pedí que me enseñara algo de lo que sabía para defenderme, acepto mi interés y me invito a su casa para darme las primeras clases del estilo que había aprendido.

Yo estaba eufórico, pues se decía en esa época que solamente los practicantes de Judo y después de haber alcanzado el cinturón negro, podían aprender los métodos de golpes y patadas. Las prácticas se hacían a las 4:30 a.m. tres veces a la semana. Después de un año de práctica del estilo "Shotokan Karate Do" en los salones de baile del Ellas Dancing Club propiedad del padre de Ramón Leonardo; su nombre artístico, nos visitó Larry Osborne, para mostrarnos su estilo de "Karate Chino" que habida aprendido con el Profesor Edmund Parker, en Los Estados Unidos de América.

Yo conocí al Sifu Lorenzo Osborne, pues fui elegido por él cómo su primer discípulo y me invitó a practicar tres días a la semana en su casa, durante muchos meses, ahí empezó el maratón del Kung Fu Culebra Blanca. Había que aprender rápido y con eficiencia, pues el Sifu Osborne no se quedaría toda la vida en la Rep. Dominicana. Su contrato era por dos años... Entre los dos diseñamos un original programa de clases....surgieron los nombres de las técnicas y las combinaciones que parecían códigos secretos, pues había que practicar Kung Fu Culebra Blanca para entender lo que se estaba haciendo: eje Marcha de fuego, Manos de veneno, Cerradura del ala, ataques a las costillas, tumbando el árbol, Vid de veneno, Cayendo Cocos, etc. etc. Siempre practicábamos en su casa, lo que se enseñaría por la noche. Fui su Sparrig y él me permitió hacer lo mismo, con toda la humildad y la maestría que lo caracterizaba. Todo fue escrito en español. Con su puño y letras.

Desde el día que el Sijo L. Osborne nos mostró sus técnicas, decidimos sin ninguna duda empezar a practicar el estilo de Kung Fu que nos mostró. Fuimos a su casa, aceptando una invitación, y en 30 minutos aprendimos la forma "Marcha de Fuego", los alumnos de Ramón Leonardo, en dicha reunión eran: Rafael Paulino, Antonio Estepan, Santiago Tejada, Jorge Rodríguez, y quien te escribe; Joaquín de Moya. Esto ocurría en los últimos meses del año 1967.

En este momento no recuerdo cuando llegaron al salón de "practicas" mis condiscípulos que ya mencione más arriba, pero que también practicaron Karate Do, con el entonces Sensei Ramón Leonardo. Aprendimos el estilo de Kung fu que nos ofrecía el Sifu que ya llamábamos, Lorenzo Osborne por varios meses, hasta que en el mes de Enero del año 1968, hicimos una pequeña promoción sobre las clases que se impartían se inscribieron más de 70 jóvenes, que les interesaba aprender dicho Arte Marcial, y el día 15 de dicho mes, a las 7:00 P.M. se fundó bajo los principios de" integridad y honor," con fines sociales, El Club de Kung Fu Culebra Blanca.

Esa misma noche se escogió una directiva: Ramón Leonardo, Presidente. Joaquín De Moya, Vice-presidente. Antonio Estepan, Secretario., Santiago Tejada, vocal. Rafael Paulino, vocal y Jorge Rodríguez, vocal. Fuimos juramentados y graduados del Grado verde y designados; Instructores ayudantes del Sifu Lorenzo Osborne, por el mismo., pues era el guía de este nuevo proyecto. Aprendimos durante la práctica y estudios, sobre, Buda, Confucio, Lao Tse, Bodhidarma y otros clásicos, que llenaban nuestro intelecto de los conocimientos requeridos para avanzar en Grados. De todas las ideas surgió el credo: "Formación del carácter del hombre, por la cultivación mental, salud del cuerpo, para el desarrollo completo de la humildad y control propio., bien para el bien, justicia para el mal. Aprendimos que los conocimientos adquiridos serían para "la salud física y mental, y por lo menos defensa propia”, no para abusar de los más débiles, también hablamos sobre, moral, honestidad, sinceridad, lealtad y muchos más aspectos que tenía que poseer un verdadero Artista Marcial.